jueves, 16 de junio de 2011

EXPOSICIÓN 9: SALUD MENTAL

Esta exposición me ha resultado bastante interesante, pues el tema de salud mental, concretamente sobre TOCs y suicidios, no es algo que hayamos tratado mucho en la carrera y creo que es una temática que como futuros educadores sociales nos debe interesar, pues por desgracia en nuestra sociedad actual los casos de problemas de salud mental se han duplicado

El problema de esto reside en el gran desconocimiento que tenemos la mayoría de la sociedad acerca de este tipo de trastornos, lo cual hace que aumente ese rechazo y miedo que solemos tener hacia este sector de la población, a los cuales se les suelen señalar como “locos” o “fuera de lo normal”. Sin embargo, que es lo “normal”, ¿seguir unas normas sociales y no salirse de ellas?, pienso que es algo subjetivo, pues cada persona es única e irrepetible, y no por esas diferencias o características personales que hacen única a la persona van a determinar su grado de “normalidad” en la sociedad.

Todo esto puede llevar a la exclusión social de este colectivo, además de la gran falta de apoyos y redes sociales que sufren en su día a día, así como en el acceso al mercado laboral y estudios, obstaculizando su reinserción social.

Al principio de la exposición, nuestros compañeros nos explicaron algunas de los duros tratamientos que se llevaban a cabo para intervenir con este tipo de personas y que atentaban contra la dignidad e integridad humana (las sangrías, la lobectomía frontal, entre otros), pero lo más sorprendente de todo es que hasta hace muy poco se practicaban. Aunque sin irme más lejos, hoy en día todavía existan ciertos métodos de los cuales, dudo de su práctica y eficacia ante una persona que sufre algún tipo de enfermedad mental (la camisa de fuerza, el suministro de ciertos farmacológicos, etc.) pues creo que lo único que hacen es anular a la persona.

Nuestros compañeros nos explicaron que una enfermedad mental no puede considerarse como una patología, pues se trata de distintas respuestas y formas de adaptarse a circunstancias concretas. De ahí que muchas de las enfermedades surjan al intentar adaptarse a acontecimientos o cambios bruscos en nuestra vida, como la esquizofrenia. Por ello nadie está a salvo de poder padecer una enfermedad mental.

En concreto, mis compañeros se centraron en dos tipos de enfermedades mentales, como es el TOC y el suicidio.

El TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) es una enfermedad mental por la que la persona se enfrenta a pensamientos o impulsos desagradables para su conciencia. A causa de esto la persona sufre obsesiones que debe de satisfacer llevándolas a cabo, de lo contrario se puede crear un estado de ansiedad y estrés que perjudica al estado psíquico de la persona. Estos pensamientos no pueden ser controlados por el sujeto y les lleva a realizar ese comportamiento compulsivo, como algunos casos que nos mostraron en clase, como lavarse las manos repetitivamente aún teniéndolas limpias, abrir y cerrar las puertas tres veces antes de entrar en una habitación, etc. Los compañeros resaltaron que TOC no se trata de un comportamiento aprendido, sino que se trata de un impulso obsesivo que provoca la acción.

Este trastorno impide que la persona realice una vida normal, siendo no capaz de adaptarse a los comportamientos “normalizados” de la mayoría de la sociedad, estigmatizando a su vez a este colectivo.

El otro tema tratado por mis compañeros fue el suicidio, y que actualmente es una de las causas más frecuentes de mortalidad, junto a los accidentes de tráficos o el cáncer.

Entre los factores más importantes asociados al suicidio está la presencia de enfermedad mental (especialmente enfermedades afectivas, trastorno de personalidad y el abuso de sustancias), historia de suicidalidad familiar, eventos estresores, entre otros factores.

Los compañeros nos explicaron como la persona que tiene la intención de suicidarse va mandando señales de su propósito, a veces de manera verbal (deja notas para despedirse de su entorno más cercano, comunica al resto su intención de suicidarse: “No seré un problema por mucho tiempo más…”) y en otras no verbales (cambios en los hábitos alimenticios y del sueño, pérdida de interés en las actividades habituales, retraimiento respecto de los amigos y familiares, etc.), en algunos casos lo hacen para que su entorno más cercano se sienta culpable de esa situación o como aviso previo al suicidio.

Este es un tema que me ha hecho reflexionar mucho en los últimos meses, pues por desgracia en mi familia nos ha tocado vivir un caso de suicidio. En ese momento te asaltan a tu mente miles de dudas: ¿podíamos haberlo evitado?, ¿por qué lo hizo?...e intentas de buscar una razón o un culpable a esa situación. Sin embargo, por más que lo intentas no consigues entender las razones que le llevaron a esa persona a quitarse la vida.

En este ámbito los educadores sociales tenemos una labor muy interesante e importante a desempeñar, centrándonos tanto en la persona que padece el trastorno, enseñándoles a convivir con esa enfermedad, como en la sociedad que le rodea, dando información de la enfermedad, sensibilizando a la población sobre este tema y darles orientación para sabes cómo deben actuar ante esta situación o como tratar con ellos.

En definitiva, respecto a la exposición de mis compañeros, he de decir que me ha gustado bastante, pues era un tema atractivo e interesante y han sabido cómo transmitirlo al resto de compañeros, que es esencial en un tema como este.

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